Nota sobre el lenguaje usado en el artículo
En este artículo hablo de "padres" e "hijos" como forma general de referirme a madres, padres, hijas e hijos. Sé que el lenguaje inclusivo es importante, pero esta vez hablo desde nuestra experiencia personal (con nuestros dos hijos), y tanto mi mujer, María, como yo, nos sentimos cómodos con el término "padres" para describirnos como familia.
Dicho esto, todo lo que comparto aquí está pensado para cualquier persona que críe, eduque o acompañe a un niño o niña, sin importar su rol, identidad o situación.
Espero que el uso del lenguaje no suponga una barrera para nadie.
Este es un tema con "mucha chicha" 😅 y un ejercicio que quería abordar en profundidad, por eso el contenido total son 21 minutos, pero si quitas los anexos y las partes que he ocultado... será menos 😜.
Hoy voy a explicar cómo uso ChatGPT como apoyo para intentar ser mejor padre.
Y digo “como apoyo” y no como herramienta principal, porque también lo hago en libros, en mi mujer, nuestras familias y otras personas de nuestro círculo cercano, profesoras y profesores, etc.
Ejemplo: el artículo Aprender a enseñar (en casa) que escribí el año pasado.
Comparto esto contigo tras hacer un ejercicio de retrospectiva y repasar todas mis conversaciones con ChatGPT sobre este tema, con la esperanza de que mi experiencia1 pueda servirte de ayuda.
(1) Empecé a usar ChatGPT para lidiar con asuntos relacionados con la crianza en febrero de 2023 (cuando me creé la cuenta).
Una oportunidad
Como dice Tania García, autora de un libro que nos regaló nuestra cuñada hace algunas navidades: "educar es una bella oportunidad para crecer como personas".
Y es que tener hijos lo cambia todo. Nuestras prioridades se reordenan, y ellos pasan a ocupar el centro de nuestras vidas. Esto, lejos de ser solo una responsabilidad, también puede convertirse en una poderosa motivación para mejorar, para sacar lo mejor de nosotros mismos.
Doy por hecho que todos queremos ser buenos padres y que lo hacemos lo mejor que sabemos y podemos. Pero eso no nos libra de cometer errores, como cualquier ser humano. Y no pasa nada. Equivocarse forma parte del camino.
Lo importante es que también hacemos cosas bien. Por ejemplo, leer este artículo para aprender de otros y reflexionar 😜.
Educar es difícil
A lo largo de los días, nos asaltan muchas dudas como madres y padres. Algunas están relacionadas con cómo actuamos, otras sobre límites y autonomía, otras entender comportamiento, motivaciones, cómo experimentan las cosas, etc.
Aquí recojo algunas de las preguntas que me suelen rondar la cabeza
Seguramente te suenen:
- Sobre cómo actuamos:
- ¿Lo estaré haciendo bien? ¿Cómo lo puedo hacer mejor?
- ¿Estoy dando un buen ejemplo?
- ¿Trabajo demasiado? ¿Paso suficiente tiempo con ellos?
- ¿He reaccionado mal? ¿Cómo debería hacerlo?
- ¿Tengo poca paciencia?
- ¿Soy muy permisivo? ¿O demasiado estricto?
- ¿Debería intervenir más? ¿O menos?
- ¿Debo influir en esto? ¿O dejarle elegir?
- ¿Le estaré sobreprotegiendo?
- ¿Qué estoy haciendo mal? ¿Será culpa mía?
- ¿Cómo evito que le pase esto que me pasó a mí? ¿Debo dejarle que se equivoque?
- Sobre límites y autonomía:
- ¿Debería dejarle hacer esto?
- ¿Debería dejarle menos? ¿O más?
- ¿Le dejo o no le dejo hacer/ver/... esto?
- ¿Hasta qué punto debo supervisar? ¿Y fiarme?
- Sobre lo que les pasa:
- ¿Por qué hace esto? ¿O le pasa esto otro?
- ¿Hace esto a conciencia? ¿O es sin querer?
- ¿Por qué se comporta distinto en casa que en el cole?
- ¿Cómo le hago entender lo que ha pasado?
- Sobre comunicación y valores:
- ¿Cómo puedo hablar de esto sin empeorar la situación?
- ¿Cómo le explico esto para que lo entienda?
- ¿Cómo inculco ciertos valores?
- ¿Cómo consigo esto sin forzarlo, amenazarlo, presionarlo o generarle cargo de conciencia?
- Sobre desarrollo:
- ¿Es muy pronto para explicarle esto otro?
- ¿Cómo le ayudo cuando se atasca con este asunto? ¿Le dejo que lo haga solo?
- ¿Cómo introduzco esta nueva rutina o hábito?
- ¿Cómo puedo manejar sus frustraciones?
- Sobre motivaciones:
- ¿Debería insistirle a explorar esto? ¿O en realidad estoy proyectando mis propios deseos?
- ¿Es mejor observar atentamente y simplemente facilitar el camino si muestra interés?
A la hora de tomar decisiones, a veces seguimos consejos que nos dan (los pidamos o no), otras veces nos guiamos por cómo nos educaron a nosotros, y en ocasiones, decidimos hacerlo distinto, porque los tiempos han cambiado o porque creemos que es lo mejor.
Pero, hagamos lo que hagamos, es difícil evitar ese sentimiento de culpa cuando sentimos que nos hemos equivocado.
Yo les digo y repito a mis hijos desde pequeños, no solo ellos: nosotros también nos equivocamos, aunque también les digo que cada uno tenemos que asumir nuestra parte de "la culpa".
Y es que ser padres es complejo, ¿verdad?
Pero antes de hablar de cómo me he apoyado en ChatGPT para estos temas, vamos a hacer una pausa y hablar de un tema que no quiero pasar por alto cuando usamos herramientas como ChatGPT en la crianza: la privacidad de nuestros hijos.
Privacidad y menores
Aunque usemos herramientas como ChatGPT de forma privada y personal, eso no elimina los riesgos. De hecho, al hablar allí sobre nuestros hijos, podríamos estar incurriendo en una forma de "sharenting digital privado", con implicaciones que no siempre tenemos presentes.
Piensa que:
- Todo lo que compartimos con ChatGPT queda guardado en sus servidores (en EE. UU., bajo las leyes de su gobierno).
- Pueden ocurrir situaciones como la demanda del New York Times a OpenAI, que impiden que se puedan borrar conversaciones de sus servidores (más info: How we’re responding to The New York Times’ data demands in order to protect user privacy).
- Cualquier día pueden robarte la cuenta, o puede haber una fuga (hackeo) de sus servidores.
Y dudo que quieras que este tipo de información llegara a malas manos o quedase expuesta en internet.
Así que, mi consejo es evitar compartir temas sensibles o que puedan asociarse directamente con tus hijos.
Dicho esto, yo ya he hablado con mi mujer y mi hijo mayor sobre este tema, y hemos acordado que les pediré consentimiento cuando quiera tratar estos temas con ChatGPT (o cualquier otra herramienta), y sólo lo plantearé cuando considere que el potencial beneficio es mayor que el riesgo.
Nota: también les he pedido consentimiento para publicar este artículo.
Si te interesa este tema, he añadido a los anexos algunas cosas más.
Por qué ChatGPT
En mi caso, lo utilizo para distintos temas, siempre que considero que el beneficio compensa el riesgo.
Y es que, para mí, ChatGPT también se ha convertido en una herramienta muy útil y complementaria en esto de la crianza.
¿Por qué?:
- Porque a veces las dudas surgen en momentos inoportunos o a deshoras.
- Porque a veces no se me ocurre nadie que sepa del tema del que quiero hablar.
- Porque es un tema de poca importancia y no me apetece molestar a alguien de mi entorno cercano.
- Porque a veces quiero una “segunda opinión”, u otra perspectiva “neutral”.
- Porque en otras ocasiones busco más ideas.
- Porque no todo el mundo tiene tiempo o ganas de hablar de ciertos temas.
- Etcétera.
Para qué la he usado
Lo primero, decir que usé la cuenta gratuita durante el primer año, y desde mayo de 2024 empecé a pagar la suscripción ChatGPT Plus (23 €/mes), porque, entre otras muchas cosas, permite crear custom GPTs.
Esta funcionalidad me vino muy bien para personalizar la IA con la información sobre los valores y actitudes que queremos inculcar en nuestros hijos. También añadí otras referencias sobre la metodología de educación y crianza que queremos seguir en casa.
Y a partir de ahí, ¿para qué lo he usado?.
- Para explorar temas y recursos educativos
- Para reflexionar sobre mi forma de educar
- Para entender mejor ciertas conductas o situaciones
- Para adaptar contenidos a su edad
- Para buscar ideas, estrategias y herramientas
- Para fomentar actitudes y competencias
- Para explorar la ciencia en familia de forma accesible y divertida
Aquí te dejo ejemplos concretos por si quieres verlos
Para explorar temas y recursos educativos:
- Metodologías educativas (Taxonomía de Bloom, ABP, ApS...).
- Tipos de apego (seguro, ansioso, evitativo...).
- Repasar habilidades que hay que reforzar en casa según la etapa del desarrollo (habilidades domésticas, gestión del tiempo, educación financiera, pensamiento crítico, resolución de problemas, cultura abierta...).
- Cómo hablar sobre el cuerpo, las emociones y las relaciones (qué explicar y cómo, según la edad).
Para reflexionar sobre mi forma de educar:
- Si soy demasiado estricto en algunos temas.
- Si mis reacciones son desproporcionadas.
Para entender mejor ciertas conductas o situaciones:
- Por qué le cuesta tanto levantarse por las mañanas.
- Por qué a veces no escuchan cuando les hablo (por ejemplo, si están viendo la tele).
- Por qué a veces no hacen caso.
- Por qué dicen mentirijillas tan obvias desde muy pequeños.
- Por qué surgen ciertos miedos (ej.: a que entren en casa, a verse en un espejo de madrugada...).
- Por qué aparece la timidez, y cómo trabajarla.
Para adaptar contenidos a su edad:
- Dar explicaciones alternativas a preguntas complejas que no sé explicar bien (ej.: el valor del dinero: cada moneda $ vs € vs £...).
- Ayudarme a explicar otros conceptos: términos (ej.: metáfora), diferencias (ej.: egoísta vs avaricioso), enfermedades (ej.: epilepsia).
- Explicar temas completamente desconocidos (electricidad, electrónica, finanzas...).
- Adaptar técnicas o metodologías (ej.: técnica Pomodoro).
- Buscar o crear cuentos/fábulas con una moraleja concreta.
- Explicar refranes del refranero español (para niños).
Para buscar ideas, estrategias y herramientas:
- Resolver conflictos (ej.: enfados, celos, frustraciones por no saber perder, por no atender al pequeño siempre primero, etc.).
- Encontrar otras formas de inculcar rutinas cuando la forma actual no funcionaba.
- Introducir o mantener buenos hábitos (ej.: meditación).
- Explicar bien cómo hacer algo (ej.: subrayar o resumir).
- Buscar ideas para que una asignatura del cole les guste más.
- Buscar explicaciones alternativas a cosas que les están costando (ej.: leer las manecillas del reloj).
- Abordar retos de la convivencia , como cuando uno de los niños quiere algo simplemente porque lo tiene el otro.
- Estudiar una materia (ej.: crear ejercicios para practicar un temario; supervisados).
- Mejorar la motricidad fina (ej.: crear dibujos punteados).
Para fomentar actitudes y competencias:
- Fomentar el pensamiento crítico desde la infancia.
- Despertar la curiosidad (activa).
- Ayudarles a ser más asertivos.
- Aumentar la autoconfianza, la autonomía y el gusto por aprender por cuenta propia.
Para explorar la ciencia en familia de forma accesible y divertida:
- Ideas de proyectos de robótica, impresión 3D y electrónica.
- Experimentos caseros (jabón de burbujas casero, etc.).
Y sí, muchas de estas cosas también las busco en Google 😜.
Dicho esto, también me he apoyado puntualmente en Perplexity, una herramienta muy útil para hacerse una idea rápida de temas desconocidos (por ejemplo, una vez la usé para recopilar información sobre el juego Fortnite antes de tomar una decisión).
Qué me aporta
Los beneficios que me aporta los podría resumir principalmente en:
- Me ayuda a resolver dudas de los niños en términos que a veces no me salen espontáneamente1.
- Me hace reflexionar, como si hablara (en confianza) con un desconocido sobre el tema.
- Me ofrece información que puedo contrastar con algún(a) profesional (profe, psicólogo(a)...).
- Me ayuda a iniciar una "lluvia de ideas".
- Me aporta vocabulario nuevo que luego me sirve para investigar por mi cuenta.
- Me da contexto sobre algunos temas.
(1) A mis hijos siempre les digo que: (1) de ChatGPT no hay que fiarse mucho, (2) que hay que preguntarle sobre temas de los que uno sepa, y (3) que aún no es una herramienta para que ellos usen solos. Pero yo sí la uso delante de ellos, leo las respuestas en voz alta y, si es necesario, las matizo, para que se vayan familiarizando también con los sesgos y riesgos que implica usarla hoy en día.
Pero en casa, las decisiones importantes sobre la crianza de nuestros hijos no las toma ChatGPT, las tomamos en familia.
Mentor parental
Por último, antes de las conclusiones, quería compartir un custom GPT (Mentor parental experto en IA) que creé en febrero de este año, con la idea de ofrecer una herramienta a familias que no hubiesen probado ChatGPT para lidiar con algunas de las situaciones que comentaba más arriba.
Concretamente, está pensado para guiar a madres y padres en la resolución de problemas, analizando las causas raíz y explorando posibles soluciones.
💬 Aviso: no está pensado para pedirle tareas concretas, sino para mantener un diálogo.
⚠️ Recuerda: para temas graves y serios acudir siempre a profesionales.
¿Cómo funciona?
Está configurado para intentar seguir el siguiente flujo de pensamiento (lógico y estructurado):
- Debería preguntar hasta comprender el problema claramente.
- Preguntar por la edad (para adaptar la respuesta en consecuencia).
- Intentar analizar la causa raíz del problema (contexto).
- Preguntar por la metodología de educación y crianza con la que os sintáis más identificados.
- Explorar y ofrecer posibles soluciones.
Dicho esto, aunque creo que es útil, he de decir que no siempre sigue este flujo... y es que la IA generativa tiene ese carácter impredecible.
ℹ️ Más info sobre la configuración del flujo
Te dejo el documento que usé para configurar este Custom GPT por si quieres echarle un vistazo en detalle, y/o usarlo como base para personalizar uno a tus necesidades.
Ya tengo ideas para mejorarlo, añadiendo información sobre recursos que nos gustan, como los libros "Aprende a aprender", de José Jiménez Ortega, dibujos educativos como Érase una vez..., "De mayor quiero ser feliz", de Anna Morató, o cuentos clásicos con moraleja que podamos conectar con experiencias propias.
Conclusiones
Sobre la privacidad
Con lo que me quedo de todo esto es que:
- Como adultos, nuestra responsabilidad es protegerles y valorar el equilibrio entre beneficio y riesgo, especialmente con menores de 14 años (aunque mi mujer piensa que en la adolescencia hay que supervisarlos y acompañarlos aún más).
- Los menores son más vulnerables digitalmente. Debemos actuar con cautela extra, sobre todo al usar tecnologías como la IA.
- Con herramientas como ChatGPT, es fácil compartir detalles personales, emocionales o íntimos sin considerar las implicaciones a futuro.
- Aunque compartamos en cuentas privadas, el riesgo nunca es cero. Lo digital es duradero, y lo que hoy parece inofensivo podría ser problemático en el futuro.
- Aunque las plataformas sean presuntamente seguras, ningún sistema es infalible. Nuestra propia cuenta puede ser hackeada, y no olvidemos que el eslabón más débil somos nosotros.
- Debemos evitar exponerles a un perjuicio real (o potencial) innecesariamente:
- No deberíamos compartir nombre completo, fotos, voz, ni ningún otro dato identificativo.
- Debemos evitar describir escenas que puedan resultar humillantes, íntimas o sensibles.
- Tenemos que pensar a largo plazo: ¿Y si esto saliese a la luz cuando sean mayores?
- Tenemos que educar a nuestros hijos sobre la importancia de la privacidad y sobre cómo gestionar su información. E involucrarlos cuando tengan edad suficiente.
- Si están preparados, deberíamos pedir su opinión: preguntarles si les parece bien que compartamos cierta información sobre ellos, incluso si es para pedir consejo a una IA.
- Solo deberíamos compartir si el propósito es proteger, educar o atender una necesidad real.
Y todo esto, recordando que el interés superior del menor debe ser siempre la prioridad.
Así que, si estás pensando en usar cualquier herramienta para la crianza, mi consejo es que actúes siempre con cautela.
Si vas a usar ChatGPT recuerda:
- Desactiva la opción para que no entrenen con tus datos.
- Y ojo si tienes activa "la memoria", a mí ya me ha sorprendido con algunas de las cosas que almacena (ver cómo funciona la memoria).
Somos afortunados
Dicho todo lo anterior, creo que, como madres y padres, actualmente contamos con más recursos e información que nunca antes para educar mejor (libros, vídeos, juegos, estudios, herramientas de IA como ChatGPT y muchas más).
Pero, al mismo tiempo, vivimos una época en la que las cosas cambian a velocidad de vértigo, y aunque hay muchas oportunidades, también existen riesgos.
Así que aprovechemos los recursos a nuestro alcance para mantenernos actualizados, ser mejores padres y reducir los riesgos.
Los tiempos no son los que eran. Es fácil quedarse obsoleto y no enterarse de lo que les puede estar pasando a nuestros hijos.
Prioridades
Como decía, es cierto que desde que nacen, nuestros hijos se convierten en lo más importante de nuestras vidas.
Pero recuerda: al igual que cuando viajas en avión te indican que primero te pongas tú la mascarilla y luego ayudes a tus hijos, en la vida también necesitamos cuidarnos primero para poder cuidarles a ellos.
Nosotros necesitamos estar bien, física y psicológicamente, porque si no, difícilmente podremos ser buenos padres.
Y con esto quiero decir que:
- No debemos confundir que los hijos sean lo más importante con que siempre tengan que ser la prioridad para todo.
- Si te has equivocado, si has tropezado, levántate y sigue adelante. No te castigues con el sentimiento de culpa: todos nos equivocamos.
Ellos también deben entender que, al igual que ellos, necesitamos querernos y cuidarnos para poder estar bien con quienes nos rodean.
Céntrate en el ahora
Y a pesar de todo, nos seguiremos equivocando. Como me dijo una persona cercana hace pocos meses: "Raúl, no importa lo que hagas, que cuando sean mayores habrá algo que te echen en cara".
Y la verdad es que no lo dudo, porque reconozco que yo también lo hice con mis padres 😓.
Dicho esto, no voy a preocuparme demasiado por el futuro. Me centraré en disfrutar el presente, que es lo único que existe, y en hacerlo lo mejor que pueda (con mis errores y limitaciones). Intentaré, dentro de mis posibilidades, mejorar poco a poco.
Próximos pasos
Yo, de momento, seguiré, entre otras cosas, indagando sobre cómo usar la IA para la educación y para ayudar a mis hijos (y a otros niños) en su desarrollo. Y seguiré compartiendo avances con otras familias a través del Podcast IA y Educación, y en formaciones en el centro de mis hijos.
Y también quiero:
- Publicar un artículo en el que he estado trabajando, con ayuda de la profesora de mi hijo y de la IA, sobre cómo lidiar con las "mentirijillas" en la primera infancia.
- Terminar este año un “plan” que estoy creando con apoyo de la IA, que nos sirva en casa para:
- Entender y recordarnos en qué cosas (habilidades y conocimientos) enfocarnos en cada etapa de la crianza, según su nivel de madurez.
- Saber qué podemos hacer para llevarlo a la práctica.
- Reflexionar sobre cómo infundir valores y actitudes durante todo el proceso.
Si te ha resonado algo de lo que cuento aquí, me encantaría leerte. ¿Te has planteado usar la IA para temas de crianza? ¿Qué dudas o aprendizajes te han surgido? Puedes escribirme o compartir tu experiencia en los comentarios.
Anexos
Adolescencia
⚠️ Aviso: este apartado un pequeño spoiler de la miniserie Adolescencia.
La semana pasada terminé de ver la miniserie basada en hechos reales. Cuenta la historia de un niño que comete un crimen y el sentimiento de culpa que sienten los padres.
La serie pone sobre la mesa algunos de los grandes retos de ser madre o padre hoy en día, con especial atención al papel que juegan las nuevas tecnologías.
Confieso que no pude evitar que se me saltaran las lágrimas cuando el padre dice: "Perdóname, hijo. Debí haberlo hecho mejor". Me resulta imposible no empatizar con el sentimiento de culpa de ese padre, destrozado, como supongo que estaríamos cualquiera de nosotros en su situación.
Aunque he de aclarar que la serie no trata sobre inteligencia artificial, sino sobre el bullying en los tiempos modernos, donde las redes sociales tienen un peso enorme.
Me atrevería a decir que la mayoría de los padres de hoy no estamos preparados para afrontar esto. Aunque el bullying ya existía en nuestra época, hoy es muy distinto. Ahora, desde edades muy tempranas, los niños tienen acceso a cámaras con las que pueden grabar, compartir y difundir lo que ocurre, haciendo que las humillaciones no solo se vivan una vez, sino que se revivan una y otra vez. Además, las agresiones no terminan al llegar a casa: las redes sociales permiten que continúen incluso cuando uno creería estar a salvo.
Si te interesa estar al día sobre este tema, te recomiendo seguir a Pablo Duchement, un experto en la materia.
Nota: Justamente por eso, el año pasado Gabriel Zabal y yo decidimos organizar un coloquio para hablar con otras familias sobre este tema, dentro de la iniciativa de Escuela de familias que propuse desde el AMPA. Una charla que repetiremos, porque está claro que necesitamos seguir actualizándonos.
Sharenting
El sharenting es algo que se ha vuelto bastante habitual en buena parte de la sociedad. Aunque normalmente se hace con buena intención, es fácil que muchos padres no seamos conscientes de lo que esto implica y al ritmo al que la tecnología avanza, es imposible predecir todos los riegos. Pero la culpa no es solo nuestra, tampoco nos han formado sobre ello.
Una imagen vale más que mil palabras, así que os voy a dejar un vídeo sobre este tema, que aviso, pone los pelos de punta:
⚠️ Aviso: aviso, no recomendable si eres muy sensible
Y es que es importante recordarnos que los padres tenemos la obligación de velar por la imagen y la intimidad de nuestros hijos. Especialmente cuando no tienen las herramientas cognitivas para entender las consecuencias del uso de sus datos, ni cómo protegerse ante amenazas complejas.
En este sentido, María y yo siempre hemos intentado ser muy cuidadosos con respecto a la información personal que se comparte (y compartimos) sobre nuestros hijos en internet (redes sociales, etc.), y hemos decidido rechazar por norma el consentimiento a terceros para compartir su imagen en redes.
Ley española
Aunque no soy abogado, voy a intentar resumir lo que dicen el artículo 18 de la Constitución Española, la Agencia Española de Protección de Datos, y la "Ley de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales".
Es nuestra responsabilidad proteger el derecho a la propia imagen y la intimidad del menor.
Dependiendo de la edad, esto se traduce en:
En casos de menores de 14 años:
- Debemos proteger sus datos personales, evitar que se use su información sin nuestro permiso y ser cautelosos al compartir.
- Dar o negar consentimiento en su nombre (aunque personalmente considero recomendable hablar del tema con ellos y contar con su opinión).
- Asegurarnos de compartir en sitios donde sea posible pedir que se borren sus datos.
- Evitar que se les analice para influirles.
Para mayores de 14 años:
- Ayudarles a entender las implicaciones de lo que comparten y con quién.
- Recordarles que pueden borrar datos o pedir que no se usen.
- Enseñarles a detectar cuándo se abusa de su atención (o de sus datos).
- Respetar su espacio e intimidad.
En cualquier caso, está prohibido publicar contenidos que expongan, ridiculicen, avergüencen o pongan en riesgo al menor, por el riesgo que esto supone de poder sufrir acoso, ansiedad, u otros efectos negativos en el futuro.
Carnet de padres
Hace pocas semanas le comentaba a mi hijo mayor que a los papás no se nos enseña a ser padres, que no hay “un curso que haya que aprobar para serlo".
Aunque, pensándolo bien... si para conducir un coche hay que sacarse un carnet, quizá deberíamos plantearnos si para tener hijos también debería exigirse algo parecido, porque no cabe duda de que la responsabilidad es aún mayor 😅.
Si no lo habéis visto y queréis echar una risas, os dejo el trailer de Idiocracia, una sátira que exagera (¿o no tanto?) un futuro donde la inteligencia ha sido reemplazada por la estupidez colectiva 😂😂😂.